Daniela, Yessenia, Elizabeth, Catalina y Keiderly, eslabones violetas de una vital cadena de cuidados feministas

“Mi nombre es Keiderly tengo 32 años, nací en Venezuela soy licenciada de educación integral… Llegué a Ecuador escapando de las agresiones de mi pareja, pero una vez aquí volví a pasar el mal trato… “ Keiderly es una de las miles de mujeres y niñas migrantes y refugiadas que cruzan una y otra vez las fronteras del cono sur en busca de una vida libre de violencia. En cada tránsito su herida se hace más profunda, porque es precisamente en las fronteras donde se producen las más altas tasas de violencia de género. Cuando llegan a su destino muchas de estas mujeres migrantes lo último que encuentran es esa paz mínima que llamamos “tranquilidad”. En busca de un espacio de seguridad Keiderly acude a la fundación Akuanuna. Lleva a su bebé, Azael, en brazos.

 El recorrido que va a hacer esta mañana lluviosa, muestra qué pueden hacer dos manos cuando se enlazan con otras dos, y otras dos, y otras dos… lejos de los cánones del patriarcado. Escuchar sus angustias, respetar sus decisiones y acompañar desde la empatía permiten crear una cadena de alianzas en las que todas las personas que participan son eslabones imprescindibles. La historia de “Daniela, Yessenia, Elisabeth, Catalina y Keiderly, eslabones violetas de una vital cadena de cuidados feministas” es un ejemplo de cómo existen redes de voces que se unen para restaurar las vidas de las mujeres migrantes dañadas por múltiples violencias estructurales, directas e indirectas, cómo esta red de apoyo también contribuye a mejorar la salud de las personas y del planeta.

En este episodio escuchamos las voces de Daniela, Yessenia, Elizabeth, Catalina y Keiderly, ligadas a la fundación Akuanuna. Daniela Mena Calderón es prudente y apacible y trabaja como técnica de acompañamiento integral. Yessenia Arcentales Pérez es empática con otras personas y es la psicóloga de la fundación. Elizabeth Barahona Chica, una persona determinante y firme en sus convicciones, se desempeña como Directora Ejecutiva. Catalina Arrobo Andrade, comprometida con las mujeres y la justicia social, es la Coordinadora General. Por último, Keiderly, es una persona fuerte para seguir.

La fundación Akuanuna es una organización feminista, independiente, apartidista y laica. Promueve el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos, fomentan capacidades para alcanzar un desarrollo pleno e integral de las mujeres, cimentan acciones con base feminista y equidad de género y tejen redes de apoyo entre sociedad y culturas diversas para impulsar la autonomía y el empoderamiento de las mujeres y contribuyen a desmantelar las estructuras patriarcales basas en el abuso de poder, la explotación y la dominación. El significado del nombre: AKUA - proviene de agua en español y NUNA - de su kichwa andino que significa alma o espíritu. Unieron ambas palabras para simbolizar la relación del agua con el alma, con eso que nos hace brillar. El agua es movimiento, liberación, sanación, por eso en AKUANUNA saben lo importante que es seguir el camino del alma, para ser nosotras mismas, para trascender, para vivir libres de violencia.

La fundación AKUANUNA forma parte de la ‘Red Violeta’, una red local de organizaciones que trabajan de manera articulada en Quito. Lo que les mantiene unidas es el compromiso y la convicción de que es posible crear una sociedad que permita a las mujeres vivir en igualdad de derechos, fomentando el liderazgo y el fortalecimiento de sus capacidades para el emprendimiento y para impactar positivamente en sus entornos con el fin de lograr un efecto multiplicador.