Liceth sostiene el arrullo ancestral de las parteras tradicionales del pacífico colombiano

La música no sólo es una de las ramas del arte. Sus ritmos y melodías nos conectan con la alegría de vivir y fortalecen los vínculos con quienes compartimos sus sones. En las culturas orales, además, la música es un camino para transmitir conocimientos ancestrales. Asistimos a uno de estos encuentros, en un rincón de la costa pacífica colombiana, un territorio que ha sido aislado socialmente y en el que las condiciones políticas y de extrema pobreza dificultan a las madres acudir a un centro de salud. Sus protagonistas son las parteras tradicionales. Su labor, es asistir a las mujeres durante las fases de su vida reproductiva, es decir, desde la primera menstruación hasta la menopausia. En ese proceso también acompañan a la muerte, que entienden como la última puerta de la vida. La trascendencia de esta labor dentro de la comunidad convierte la partería en un acto político, pues garantiza la vida y resistencia de los pueblos y territorios más olvidados. Se trata de un legado transmitido oralmente, generación tras generación. Al son de la percusión están celebrando el primer “arrullo por la vida” del año. Más allá de la alegría de los tambores, esta celebración es también una forma de organizarse y compartir experiencias vinculadas con la Salud. Es así como mantienen vivo el cuidado de la trama de la vida. 

Dispuesta a recoger el conocimiento de las voces más ancianas, tesoreras del saber tradicional, Liceth recorre la costa del Pacífico preguntando a las maestras por el valor de las plantas, los rituales, las canciones… Es así como ella se convierte en la narradora de esta historia colectiva, porque en “Liceth, sostiene el arrullo ancestral de las parteras tradicionales del pacífico colombiano”, las protagonistas son todas esas voces que, unidas, cuidan protegen y defienden la vida allá donde el Estado no llega.

La Asociación de Parteras Unidas del Pacífico (ASOPARUPA) es la organización de parteras tradicionales que mayor reconocimiento social e institucional tiene en Colombia. Desde hace 33 años agremia a parteras tradicionales que atienden entre 4.500 y 5.000 partos al año en la región pacífica de Colombia. La atención por parte de las parteras tradicionales principalmente en los territorios urbanos y sobre todo rurales se convierte en la única alternativa para el cuidado a las madres gestantes y los recién nacidos.

Liceth Quiñones es una partera tradicional y directora de la Asociación de Parteras Unidas del Pacífico (ASOPARUPA). Es una de las cientos de parteras afrodescendientes que existen en Colombia. Su labor consiste en asistir a las mujeres durante las fases de su vida reproductiva, es decir, desde la primera menstruación hasta la menopausia. En ese proceso también acompañan a la muerte, que entienden como la última puerta de la vida, de los neonatos. La trascendencia de esta labor dentro de la comunidad convierte la partería en un acto político, pues garantiza la vida y resistencia de los pueblos y territorios más olvidados. Se trata de un legado transmitido oralmente, generación tras generación. Liceth ha recibido este conocimiento de sus ancestras, las mujeres de su familia, pero también de las voces más ancianas, tesoreras del saber tradicional. Por eso Liceth recorre la costa del Pacífico preguntando a las maestras por el valor de las plantas, los rituales, las canciones…